Hace mucho tiempo en un país muy lejano vivía un rey un poco descerebrado.
Un buen día el rey salió a pasear mientras las doncellas hacían las tareas de la casa.
Un día una de las doncellas del rey se cansó de estar a su servicio y de estar escuchando siempre las mismas ordenes:”tu desocupa el lavavajillas, la otra haz la cama y vosotras hacer la cena” Así que las demás doncellas también decidieron dimitir.
El se puso muy nervioso no sabia que hacer, entonces se puso de rodillas y les pidió a las doncellas que volviesen con él las doncellas le dio una ultima oportunidad y el rey la fastidio.
El rey como era tan descerebrado y no sabia que hacer le pidió algo de ayuda a una doncella que no le quería abandonar por que si no le echaba del reino y el rey le dijo: “por favor dile a las otras doncellas que vuelvan, sin ellas no soy nada”
Las doncellas no querían volver con el rey. Entonces el rey puso anuncios por todo el reino, anunciaba que el rey buscaba mujer, muchas se apuntaron pero el rey no quería a ninguna de ellas; tan solo quería a las doncellas; entonces se caso con la doncella que no le quería abandonar, el rey prometió no ser tan mandón y las doncellas se arrepintieron de no haber aceptado el trabajo que le había ofrecido el rey.
El rey y la doncella fueron felices y comieron perdices.
¡Y CUENTO CONTADO CUENTO ACABADO¡
Inventado por: Carmen Hernández Fructuoso
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